En el corazón hay sangre

"Aaaaaaa" un golpe seco y ahogado por el ruido cotidiano de la ciudad, se escuchó en el pavimento.

Y así fue como terminé aquí, no está tan mal, la verdad yo creí que se iba a sentir más feo, que cuando menos me dolerían la espalda o la cabeza, pero nada.

Poco a poco las personas que pasaban comenzaron a rodearme, sólo se quedaban ahí viéndome, incluso una señora hasta parecía dedicarme su más profunda mirada de lástima - órale qué me ven, no han de tener nada que hacer - pero nadie me hacía caso, en estos días la gente es muy chismosa y tiene mucho tiempo libre.
Aún recuerdo que le dije “te amo con todo el corazón”, estoy seguro que si le hubiera dicho tengo lepra se acerca y me abraza para consolarme, pero no, nunca había visto brincar a alguien tanto hacia atrás, en verdad no lo medí, no estaba en condiciones de hacerlo, pero si fueron como dos metros.

Pero, yo amo a Roco - y salió corriendo. Era como la escena final de una película tipo lo que el viento se llevó, yo declarando mi amor a Natalia y ella amando a otro, que por cierto ese otro era mi mejor amigo, incluso compartíamos departamento.

Luego de ésto me di cuenta que, al menos aquí en la ciudad, es muy complicado encontrar un edificio alto, 10 pisos fue lo más que conseguí. Ahí estaba yo, sentado en la cornisa observando como abajo la gente me veía y algo intentaban decirme, no era como que fuera a escuchar muy bien pero aún así los saludaba.

Había llegado el momento, lancé violentamente mi mano derecha contra el pecho, de un solo golpe logré aprisionar mi corazón, era momento de sacarla de ahí.

En mi mano aquel asqueroso y sangrante órgano aún palpitaba, con los dedos de la mano izquierda comencé a hurgar en su interior. Se movieron libremente dejando un hueco en aquel músculo cardíaco que cada vez latía menos sobre mi mano.

Lentamente sentí como la sangre dejó de circular dentro de mi cuerpo que desfalleció, y comenzó aquella caída de 10 pisos. Es increíble lo rápido que uno puede recorrer 30 metros.

En un segundo estaría sobre el pavimento, continué buscando al amor que sentía por Natalia dentro de aquel inerte corazón, no pude encontrarlo.

En el corazón hay sangre, sólo sangre y eso, eso lo saben los animales.

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