COMPAÑERA (Fragmento del libro)
VI
El padre de Fanny era
comerciante de ropa, y constantemente se encontraba de viaje. Un hombre muy tradicional, cuando Fanny nació
el hombre estaba a punto de cumplir los 50 años por lo que la brecha
generacional con su hija era inmensa.
Raquel, la madre de Fanny, era 20 años menor. Se habían casado por mero interés, ella buscaba
la seguridad económica que le podía dar, él la imagen de un responsable hombre
de familia lo cual le ayudaría en los negocios.
Si bien su principal
actividad mercantil se encontraba dentro de los tianguis, había logrado establecer
buenas relaciones comerciales con empresarios importantes por todo el estado,
la mayoría de ellos pertenecientes a grupos familiares cercanos a la iglesia,
por lo que su falta de una familia estable no era bien visto, en especial por
que principalmente comercializaba ropa infantil y de dama.
Raquel era una joven
de clase media baja que había llegado al centro del país quince años atrás
proveniente de la costa, nunca hablaba de su ciudad natal pero tenía un acento
peculiar y su piel morena contrastaba enormemente con el tono blanco del cuerpo
de Evaristo, trabajaba para él en uno de los tianguis. Antes de esto había tenido contacto con una
mujer que estaba dedicada a vender productos para brujería y santería. Ayudando a aquella señora en sus trabajitos
complementaba sus necesidades económicas.
A todos sorprendió
cuando Evaristo decidió que sería su esposa, ya que si bien era atractiva, de
todos eran conocidas las actividades de Raquel una vez concluida su jornada en el
tianguis. Evaristo era un hombre que
acostumbraba pagar por sexo y necesitaba casarse “urgentemente”, sin embargo
también era profundamente religioso y las actividades de esta mujer que decidió
fuera su esposa, parecían estar más allá del límite que Evaristo podía aceptar.
Raquel vivía sola, si
bien era dueña de la casa que habitaba aún tenía una deuda con el banco y se
encontraba atrasada en las mensualidades, casarse con Evaristo era olvidar sus
presiones económicas. La vida de él no
le importaba en lo absoluto, se estaba casando con su cartera.
Casi de forma
inmediata Raquel se embarazó, y así como lo había planeado Evaristo, sus
negocios se fueron hacia arriba. Su vida
incómoda había pasado a segundo término, ya era Don Evaristo un respetable
padre de familia, que acudía sin embargo a todas las reuniones, tanto de
negocios como sociales, completamente solo.
La bruja se quedaba en casa haciendo hechizos había dicho a tono de
broma en alguna reunión para justificar la asistencia sin su señora.
Raquel sólo pudo
embarazarse una vez, desgraciadamente fue mujer, así lo había comentado él
mismo, al momento en que Fanny nació. Le
llamaron Estefanía, nombre que llegó a odiar y sustituyó por Fanny a los 14
años, cuando supo de aquella amante que tenía su padre en uno de los
tianguis. Don Evaristo salía con aquella
mujer al menos una vez cada dos semanas desde antes de casarse con Raquel, el
nombre de la mujer era precisamente Estefanía.
Aunque su padre no
aceptaba el nombre de Fanny, acabó por resignarse luego que ella se negara a
contestar si no lo utilizaban para llamarle.
Don Evaristo terminó
por acostumbrarse al nombre de Fanny, él desconocía las razones de ella para utilizarlo
pero en realidad no le importaba.
Fanny estaba al tanto
de las constantes aventuras de su padre y lo que gastaba además con las
prostitutas, pero las mantenía en “secreto”.
Estaba más molesta con ella que con su padre. Quería ser aceptada por él así que intentaba
evitar a toda costa que la rechazara de manera definitiva. Era cariñosa con su padre pero él nunca
respondía como Fanny hubiera querido, eso la lastimaba pues a pesar de todo lo
amaba. En su cabeza la única culpable
era su madre.
Apenas había cumplido
Fanny los 16 años y la situación en casa empeoró. La relación entre sus padres cada vez era más
distante, lo que provocaba que Evaristo se alejara igualmente de ella. Justo una semana después de su décimo sexto
cumpleaños apareció muerta Estefanía, un infarto acabó sorpresivamente con su
vida.
Evaristo culpó a las
influencias su mujer por esta muerte, sabía que ella había seguido haciendo
algunos “trabajitos” y no los había realizado sola. Nunca le molestaron esas actividades pues de
alguna forma sentía que esa intervención por parte de su esposa había ayudado a
que sus negocios crecieran con tanta fuerza repentinamente. Sin embargo no podía aceptar el deceso de
Estefanía, a ella si la amaba.
Para compensar su
pérdida Don Evaristo comenzó a salir con una chica muchos años menor que él, y
parecía no preocuparse por ocultarlo.
Fanny estaba al tanto de esto y una vez más culpo a su madre por las
desatenciones que provocaban cada vez un mayor alejamiento de Don Evaristo, lo
que hacía que su padre también se alejara de ella. Una vez más maldijo su mala suerte. Físicamente, a no ser por el tono de piel,
era casi idéntica su madre.
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